“La sucesión en las empresas familiares: Protocolo Familiar”
Las empresas familiares constituyen actualmente una parte fundamental del ámbito económico de nuestro país, y uno de los momentos más difíciles y complicados de estas empresas, tiene lugar con la inevitable llegada de la sucesión de padres a hijos.
Por este motivo y con la intención de asegurar la continuidad de las empresas familiares y su cambio generacional, se han ido configurando y utilizando distintas herramientas y mecanismos, siendo la más importante y utilizada el denominado Protocolo Familiar, demostrando la experiencia que aquellas empresas familiares que cuenta con esta herramienta tienen una mayor continuidad que las que no la tienen.
El Protocolo familiar consiste básicamente en un pacto o acuerdos suscritos por todos los miembros de la familia de forma voluntaria que regula con absoluta libertad, las distintas relaciones existentes entre la familia, como las relaciones afectivas de sus integrantes, y la empresa, orientada en todo caso a la rentabilidad, eficiencia y profesionalidad, por lo que es absolutamente imprescindible que en su elaboración, participen todos los miembros de la familia, y que el acuerdo o pacto finalmente alcanzado, sea aceptado y asumido plenamente por todos sus integrantes.
Entre los principales objetivos que debe contener cualquier Protocolo Familiar, podemos destacar los siguientes:
i.- Organizar de una forma ordenada, pacifica y de acuerdo con todos los miembros de la familia, la sucesión del fundador de la empresa.
ii.- Conseguir la cohesión familiar y la continuidad de la empresa, así como que la misma continúe bajo el control familiar.
iii.- Determinar que personas forman parte del protocolo, sus funciones y la integración futura de nuevas generaciones, así como que empresas y bienes se incluyen inicialmente dentro del protocolo familiar.
iv.- Proteger en todo momento el patrimonio obtenido por el fundador de la empresa familiar.
v.- Regular las relaciones internas entre los firmantes del protocolo, como por ejemplo, las retribuciones, el reparto de beneficios, la venta y compra de participaciones, etc.
Finalmente, debemos señalar que la elaboración de cualquier protocolo familiar exige una perfecta planificación legal, fiscal, mercantil y laboral, y un estudio individual y pormenorizado de cada empresa, por lo que su elaboración e implantación no puede retrasarse hasta el último momento, sino que la empresa debería adelantarse a esa situación y tenerla perfectamente prevista para cuando ocurra la sucesión empresarial.
Foto: sweetpress